El tiempo de lo « moderno », el reloj del Museo de Orsay

El tiempo de lo « moderno », el reloj del Museo de Orsay

Son la 4 :19.

¡Cuantos pasos habrá marcado este reloj desde su instalación en 1900!

En un principio, este imperturbable objeto estaba suspendido en una estación construida para la Exposición Universal de 1900. El marcó el paso de los viajeros y la circulación de los primeros trenes eléctricos entre Paris y Orléans. Inicialmente esta estación era el emblema del ingenio humano, de su nueva sociedad y de su industria. Era el tiempo de la maravillosa aparición de la electricidad.

 

La estación  entra en desuso en los años 30. Durante la Liberación de Francia, ella se convertirá en uno de los centros de paso y clasificación de algunos prisioneros venidos de los campos de concentración. Marguerite Duras nos relata en su libro  » el dolor » como ella habita y atraviesa estos espacios en busca de su esposo.

El reloj marcará también  los pasos del cineasta Orson Wells en busca de un espacio propicio para filmar « El proceso » de Kafka en los años 60.

Pero en los años 70 los parisinos y el gobierno se preguntarán que hacer con una estación que no recibe trenes, que no tiene ya ninguna utilidad mas que la de un antiguo hotel de lujo en mal estado. Muchos proyectos participarán en la búsqueda de un uso pero es gracias a la voluntad del gobierno de Valéry Giscard d’Estaing que esta maravillosa estación de trenes  será restaurada para convertirse  en un museo.

El proyecto terminado, será inaugurado en 1986 bajo la presidencia de Francois Mitterrand como el  nuevo Museo de Orsay dedicado al arte entre 1848 y 1914.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, las nociones de la obra de arte y de artista que reinaban desde el renacimiento en Europa vivieron transformaciones definitivas. Una nueva representación del paisaje y  del cuerpo humano igualmente emergerá en medio de grandes transformaciones sociales y tecnológicas incluso  la noción del artista que trabajaba para la Academia o el salón será diferente ….Será la época en la que el artista hará todo lo necesario por romper o dialogar con la tradición para representar su tiempo, un tiempo moderno.

Hoy este reloj está suspendido al interior del Museo. Es testigo y huella a la vez de una época en la que la relación del hombre con su tiempo se transformará como nunca antes.

Imperturbable, elegante y a la vez austero; él atraviesa los siglos mientras nos observa. Su modernidad, la del siglo XIX, nos acoge en un tiempo suspendido.

Imprescindible y moderno: el museo de Orsay.

Auteur

ACOSTA Claudia

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